La transcripción : ia-presentación vídeo
En noviembre, la empresa OpenAI lanza ChatGPT, un algoritmo capaz de escribir textos como un humano. A pesar de sus múltiples errores factuales, más de 100 millones de personas lo utilizan todos los días para crear documentos, desde los deberes del colegio hasta escritos legales usados en procesos judiciales.
Muchas empresas planean usarlo para sustituir empleados. En sólo tres meses, la inteligencia artificial generativa ha pasado de los laboratorios de las universidades a las manos de cualquiera con un ordenador o un teléfono. Muy pocos saben que están jugando con la fuerza más poderosa y destructiva jamás creada desde la invención de la bomba atómica. Esta es la crónica de un posible futuro de la humanidad basado en datos reales y testimonios de expertos internacionales.
Un futuro que podemos evitar. Arrastrada por el furor de ChatGPT, Microsoft invierte 10.000 millones de dólares en OpenAI. Quiere incorporar la tecnología en todos sus servicios, comenzando con su motor de búsqueda Bing. Después de más de una década desarrollando prudentemente su inteligencia artificial, Google olvida la cautela y responde apresuradamente lanzando su propia versión, a la que llama BARD. A los pocos días, el nuevo Bing se demuestra como un sociópata manipulador y mentiroso. Bard también comete serios errores, pero Google y Microsoft argumentan que están en pruebas e ignoran estas señales de alarma. Más de 250 nuevas compañías norteamericanas, gigantes chinos como Baidu y empresas de otros países entran en una guerra feroz para controlar una tecnología que está invadiendo todas las esferas de la sociedad con la virulencia de una pandemia imparable.
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